El nuevo proyecto para una vivienda unifamiliar en Abrera se ubica en una parcela con fuerte pendiente. La propia geometría alargada y estrecha del solar y la orientación dirigida mayoritariamente a norte, obliga a buscar estrategias de captación solar pasivas como la incorporación de un patio. En este sentido, esta pieza central nos permite organizar los espacios interiores, además de ganar más fachadas de captación solar.

La vivienda se resuelve en una planta buscando la adaptación a la fuerte pendiente del terreno y donde el acceso se sitúa en planta cubierta a través de un doble espacio. Los espacios interiores se organizan a través del patio central en el que se busca la relación intrínseca de este espacio a través del patio, generando visuales y diagonales que permiten agrandar la sensación espacial. En la planta más baja se busca un gran espacio flexible que pueda ser utilizado en varias épocas del año, permitiendo una ventilación cruzada en épocas de verano, pero al mismo tiempo protegerse en invierno.

En términos de materialidad, se propone una base sólida de ladrillo cerámica que permitirá el soporte de la estructura ligera superior. Esta base nos permite conseguir un contacto con el terreno y adaptarse a la inclinación del terreno.

El acceso a la máxima radiación solar en invierno es la estrategia prioritaria para reducir la demanda energética pero también protegerse durante la radiación solar durante las épocas de verano. En este sentido, la orientación sur es la que mejor respuesta da a este requisito y al mismo tiempo la que permite de forma más sencilla protegerse del sol en verano, ya que la radiación es más vertical. Al mismo tiempo, también garantiza una adecuada iluminación natural. En este sentido, es importante situar elementos arquitectónicos de protecciones solares como voladizo o persianas que permitan la radiación en el interior en invierno, pero también la protección en verano.

Otro factor relevante a la hora de proyectar el edificio es potenciar los espacios verdes en todo el conjunto, ya que es la estrategia que más ventajas supone. En este sentido, con la reducción del efecto isla de calor, se genera un microclima favorable, se produce una infiltración del agua en el terreno, se capta CO2 y en todo el conjunto provoca un bienestar emocional.